La Romería de Votos y Promesas reúne en la Sierra a centenares de devotos procedentes de toda la comarca

CABRA, 16/08/2016

La cita romera, una de las más esperadas del año, sirve de antesala para las Fiestas de Septiembre en honor de la patrona egabrense

DSC_0492 La Virgen de la Sierra, entre un mar de devotos, durante la procesión (FOTO: M. González Durán)[/caption]

Los pueblos configuran su identidad siglo a siglo y la exteriorizan a través de sus costumbres. Una de las oportunidades para adentrarse en el alma del egabrense tuvo lugar ayer en el santuario de María Santísima de la Sierra, patrona de Cabra, donde como cada 15 de agosto se desarrolló la Gran Romería de Votos y Promesas. Una cita entrañable, de las más esperadas en el calendario romero, puesto que cuenta con ciertas connotaciones que la hacen diferente respecto al resto.

Primeramente, su larga e intensa historia con 103 años de trayectoria desde que tomara el relevo de las ancestrales celebraciones que tenían lugar en la altura para festejar la Reconquista de estas tierras y la aparición de la imagen en la cueva, que cuenta con indulgencia plenaria concedida desde el siglo XVIII a todo aquel que se acerque a visitarla. Por otro, su carácter abierto y plural ya que, por encontrarse incardinada en el periodo estival, consigue aglutinar en el Picacho a centenares de devotos procedentes de poblaciones cercanas -Luque, Zuheros, Doña Mencía o Priego- que acuden andando por la serranía a participar en la romería, así como egabrenses que por motivos de trabajo tuvieron que emigrar a ciudades españolas o europeas y marcan este día para reencontrarse con su patrona durante sus días de asueto y recuerdos.

DSC_0322 Hermanos de la Aurora de Luque, entrando en el templo (FOTO: M. González Durán)[/caption]

De ahí que los aledaños de la casita blanca mostrasen desde bien temprano un aspecto que nada desmereció al de cualquier día 4 de septiembre. No en vano, se trata de una de las jornadas grandes para la devoción serrana ya que la organización depende exclusivamente de la Real Archicofradía. Ante tal afluencia de público, la costumbre manda que se oficien dos misas durante la mañana, una a las diez para los peregrinos y a mediodía, revestida de mayor solemnidad, con motivo de la festividad de la Asunción de Nuestra Señora en consonancia con el resto del mundo cristiano. En la parte musical ofrecieron sus sonidos añejos, cargados de literatura popular, los Hermanos de la Aurora de Luque, que realizaron un desfile por los alrededores del templo llamando a los devotos a la eucaristía. En la segunda compareció el coro Nuestra Señora de la Sierra.

Y a su término, el momento más esperado: la salida de la patrona. Un bullir que explotó cuando el sol iluminó su rostro y dio a conocer la belleza de su exorno, construido a partir del manto blanco bordado que las hermanas Tallón donaran a la imagen y que, tras el reciente fallecimiento de ambas, la Real Archicofradía quiso recuperar para este día en señal de homenaje a esta devota familia.

DSC_0384 La bandera y el tambor antecedieron la salida de la patrona (FOTO: M. González Durán)[/caption]

Personas de todos los lugares se acercaban, con lágrimas en los ojos, a tocar las andas, a portarla en sus hombros junto a sus costaleros. Momentos de gran emoción que tuvieron su culminación cuando a la altura de los miradores volvió su mirada hacia la localidad de la que es alcaldesa perpetua y Antonio Roldán entonó la Salve popular, contestada como desde hace siglos por el mar de personas apiñadas en torno al templete. Arranca, pues, la cuenta atrás para un nuevo 4 de septiembre, cuando regresará al municipio para presidir las Fiestas en su honor y habitar en la parroquia de la Asunción por más de un mes, hasta que el domingo 9 de octubre vuelva a la altura.