La Virgen de la Sierra desafió al tiempo para cerrar las fiestas patronales

Procesión solemne de la Virgen de la SIerra, ayer sábado (FOTO: cedida)
photo_camera Procesión solemne de la Virgen de la SIerra, ayer sábado (FOTO: cedida)

Las fuertes lluvias de la tarde y los cielos grises marcaron el día de su onomástica

CABRA, 09/09/2018

Procesión solemne de la Virgen de la SIerra, ayer sábado (FOTO: cedida) Procesión solemne de la Virgen de la SIerra, ayer sábado (FOTO: cedida)[/caption]

Mirando al cielo. Así terminaron la Feria y Fiestas en honor a María Santísima de la Sierra, patrona de Cabra, que ayer sábado celebró su onomástica con motivo de la Natividad de la Virgen. Un día de incertidumbre que ya amaneció nuboso y desafiante, con los termómetros por debajo de los 30 grados y que en torno a las tres de la tarde dio la cara en forma de tormenta. Fueron tan solo unos minutos, lo justo para aguar la fiesta a las personas que disfrutaban de la feria a mediodía que, posteriormente, pudieron retomarla con normalidad ya que no llegaron a registrarse problemas de consideración.

A pesar de ello, y bajo un palio plomizo, la programación de este día tan tradicional se desarrolló con total normalidad. La Banda de Música de Cabra volvió a madrugar para saludar a la patrona con una diana, que antecedió a la función religiosa solemne del Día de la Sierra y la Misa de la Bandera, en la Parroquia de la Asunción, durante la mañana.

Ya por la tarde, tiros largos y las mejores galas para acompañar el cortejo de la Patrona que, con algo de retraso debido a una lluvia repentina, emprendió su habitual camino desde el templo mayor egabrense compuesto por representaciones de hermandades de pasión y gloria, así como las filiales de la Real Archicofradía. 

La Virgen ofreció una estampa añeja en esta jornada, ya que lució su rico manto bordado en oro sobre terciopelo beige que el acervo popular bautizó como ‘el del día ocho’ por haber sido atavío habitual de la imagen en su fiesta mayor a lo largo del siglo XX. Lugares de interés volvieron a ser las paradas en el Centro Filarmónico Egabrense y el Ayuntamiento, donde la música en forma de plegarias y salves fue la protagonista de un discurrir solemne y multitudinario, marcado por celebrarse en día no laboral lo que sumó muchísimo público de localidades cercanas y de otras provincias andaluzas.

Al filo de la medianoche las andas solemnes de la patrona alcanzaron la Plaza Vieja donde tuvo lugar un espectáculo pirotécnico que puso colofón a la procesión, con la entrañable imagen de la subida apresurada de los costaleros por la calle Mayor en la recogida.

Termina así una feria que tuvo como principales hitos el incremento de las casetas en el real, lo que supuso mayor afluencia de público respecto a la pasada edición con especial énfasis en las jornadas del miércoles y jueves gracias a las actuaciones de José Manuel Soto y Siempre Así en la Caseta Municipal. En el plano negativo quedan tanto los problemas de acceso al picacho el pasado día cuatro, que provocaron que centenares de personas no pudieran llegar a la ermita para acompañar a la Virgen debido al operativo diseñado para esta jornada, así como varios altercados que salpicaron la habitual normalidad en la zona de casetas de la feria y que incluso precisaron el traslado al Hospital Infanta Margarita de un hombre de mediana edad en la tarde del día seis.