La Junta constituye la Comisión de Seguimiento para prevenir la COVID-19 en explotaciones agrarias

Antonio Repullo afirma que su objetivo es “trabajar diariamente con anticipación y no dejar ningún cabo suelto, de cara a las próximas campañas agrícolas”

PROVINCIA, 31/08/2020

La Junta constituye una comisión para prevenir contagios por COVID-19 en el ámbito agrario (FOTO: cedida)

El delegado del Gobierno, Antonio Repullo, ha presidido la primera reunión de la Comisión de Seguimiento para Prevención y Control de la COVID-19 en explotaciones agrarias con temporeros, siguiendo las indicaciones de la Guía elaborada por la Junta de Andalucía.

Repullo, que ha estado acompañado por

los delegados territoriales de Empleo, Ángel Herrador, de Salud, María Jesús

Botella, de Igualdad, Inmaculada Troncoso y de Agricultura, Araceli Cabello, ha

destacado la importancia de esta Comisión “para trabajar diariamente con

anticipación y no dejar ningún cabo suelto, de cara a las próximas campañas

agrícolas”. Para el delegado, “es fundamental que se cumplan las indicaciones

que recoge la guía para poder garantizar la seguridad de las personas que

trabajan en las explotaciones y, por tanto, el normal desarrollo de las

actividades agrícolas y ganaderas”.

La Guía para prevención y control del COVID-19 en explotaciones agrarias con temporeros, elaborada de manera conjunta por las consejerías de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo; Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible y Salud y Familias, está dirigida a los titulares de explotaciones agrícolas y ganaderas andaluzas que contratan personas trabajadoras temporales para la realización de las distintas campañas, y recoge una serie de medidas que deben ser implantadas y, en su caso, complementadas con el objetivo de alcanzar un entorno seguro frente al coronavirus.

Una parte

significativa de la mano de obra empleada en las campañas tiene un carácter

multicultural y migrante, tratándose de personas que necesitan alojamientos en

los territorios donde se desarrolla la campaña agraria. Estas circunstancias,

además de la propia actividad laboral y de la cantidad de contactos

interpersonales que se producen, conllevan una serie de riesgos desde el punto

de vista de la transmisión del SARS-CoV-2.

Medidas de

prevención personal

La distancia de

seguridad, el uso de mascarilla, la higiene respiratoria o la desinfección de

manos son medidas básicas que se deben tomar. También se deben limitar los

contactos para, a su vez, limitarse las posibles cadenas de transmisión; debe

haber limpieza y ventilación de espacios cerrados; y se pondrá en marcha la

gestión de casos para la detección temprana, aislamiento y control de la

transmisión mediante rastreo de contactos estrechos.

Estos cuatro

principios básicos serán complementados con medidas transversales, que van

desde la información y la formación, hasta la reorganización de espacios y

tiempos en las propias explotaciones agrarias, además de una adecuada

coordinación entre todos los grupos que puedan incidir en la actividad agraria.

A la hora de

elaborar las medidas preventivas, entre otros puntos, el titular de la explotación

debe limitar las cadenas de transmisión. Por ello, es necesario partir de las

‘cuadrillas’ como un grupo de trabajo estable sobre las que pivotarían las

medidas preventivas. Sus integrantes deben estar físicamente separados tanto

como sea posible y los grupos no deben mezclarse entre sí.

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Plan de

actuación específico

La guía recomienda

que cada explotación agropecuaria elabore un Plan de actuación específico

frente al Covid-19. Contemplará todas las medidas que deban ser tomadas en los

diferentes escenarios posibles y deberá prever la existencia continua de los

materiales necesarios para que este programa pueda ser ejecutado y mantenido

como cartelería informativa, materiales de protección personal y de limpieza y

de desinfección.

Es importante que

se establezcan medios de coordinación con los responsables de los alojamientos

comunes, de albergues o de residencias temporales, así como con las

administraciones locales o empresas de contratación de trabajo temporales.

Además, deben existir canales rápidos de intercambio de información para

adoptar medidas si apareciera algún caso confirmado.

Los trabajadores

deben ser formados e informados de las medidas contempladas en el Plan, siendo

necesario abordarlo en los distintos idiomas de las personas trabajadoras. La

guía hace también una serie de recomendaciones para los desplazamientos, las

entradas y salidas a la explotación, para el desarrollo del trabajo y para los

alojamientos. Entre ellas, destaca el uso obligatorio de mascarillas en todas

las actividades, salvo que su naturaleza haga que su uso sea incompatible; y se

colocarán geles hidroalcohólicos de fácil acceso.

En cuanto a los

alojamientos, entre otras medidas, se restringirán las visitas sin vinculación

con los residentes a no ser estrictamente necesarias y se garantizará la

provisión de jabón, papel y soluciones desinfectantes.

En el plan se

definirán actuaciones para iniciar el proceso de detección, aislamiento y

control sin demora en el caso de que un trabajador presente síntomas. El

propietario tendrá un registro con la relación de trabajadores y es importante

que se recomiende y facilite la solicitud de atención sanitaria como

desplazados, tanto si se proviene de otra provincia de Andalucía, de otra

comunidad o de otro país, para tener un centro de salud asignado y un acceso a

atención primaria.

Si

una persona presenta síntomas de coronavirus en los alojamientos no acudirá a

la explotación hasta tener una valoración médica, permaneciendo aislada.

Tampoco acudirán los trabajadores en cuarentena o que sean casos confirmados,

que también se aislarán. Finalmente, se recomienda que una vez valorado como

caso sospechoso se inicie la identificación de convivientes estrechos.